Ya os he contado alguna vez que soy bastante torpe con lo del maquillaje y que, más allá de llevar casi siempre los morritos requetepintados, apenas me maquillo. Me pongo cremas, potingues, maquillajes, correctores y polvos, iluminadores y coloretes, pero los ojos... ah, los ojos.
Y es que, además de tener unas manos algo torpes en la materia, tengo unos ojos difíciles, así que me resulta complicado y poco resultón hacerme algo y termino por pasar del asunto.
¿Cómo son mis ojos? Siempre lo digo: como los de Richard Gere. XDDD
En realidad, últimamente me ha dado por decir que son como los de la Schiffer pero en marrón jajaja, y es que, para bien o para mal, tengo los ojos así: pequeños, con las pestañas escasas y cortas y, esto es lo más difícil, con los párpados caídos. Uno más que otro, para más complicación, y cada vez más porque con la edad todo se cae, incluyendo los párpados. :S
Cuando le cuento esto a alguien que no tiene ese problema (o que no ha maquillado a gente con esa dificultad) me siento incomprendida e incluso he llegado a sentir que me llamaban torpe, que no digo yo que no, pero venga, a ver tú valiente si te atreves a hacerme ese rabillo con eyeliner en el ojo derecho!
Sin embargo, últimamente, en ese afán constante por mejorar que me posee, he leído mucho, he observado mucho, y me he dado cuenta de que no todas tienen los ojos perfectos para esos pedazos de maquillaje que veo en revistas/webs/blogs, que quien más quien menos tiene sus dificultades y que si existe la operación estética esa que se llama blefaroplastia por algo será. Una puede sacarse el máximo partido, pero es difícil luchar contra los elementos.
De momento, sigo esforzándome por aprender y voy poniéndome eye-liner cada día y haciendo experimentos de vez en cuando más o menos afortunados. Y cuando alguien me dice que qué suerte que los labios rojos me queden tan bien, pienso en ese "si yo te contara...".
¿Alguien más dispuesto a confesar sus problemas consigo misma y sus circunstancias? ;)