¡Buenos días! Ya casi es viernes y este fin de semana me quedo en Madrid, así que me va a sentar de miedo y no veo el momento de que llegue. A ver si hago todo lo que quiero hacer porque la lista es larga (y eso me gusta) jojojo.
Hoy voy a hablaros de un DIY que me ha tenido muy entretenida últimamente y que se ha dejado ver por mi instagram. Se trata de pintar tazas con rotuladores permanentes y hornearlas para que quede fijado el dibujo y se puedan usar y lavar. Hay miles de tutoriales por internet pero el objetivo era dar con una buena fórmula que pudiesen reproducir los niños del Bigotes en el cole como regalo del día del padre, es decir, que fuese fácil y que saliese bien.
El requisito que me puso el Bigotes fue muy claro: no podían tener letras escritas a mano alzada, porque los niños no tienen tan buena caligrafía y es más difícil que el resultado sea bueno. Así que tiré de pegatinas, troqueles y papel adhesivo (etiquetas muy grandes compradas en el chino) e hice varios diseños a ver qué tal...
Fue fácil, todo parecía ir perfectamente, pero estas fotos las hicimos antes de hornear, después de pintar las tazas conestos rotuladores. Son sharpies, los rotuladores permanentes de moda que yo utilizo para todo porque hay en mil colores chulos, pero pese a ser todo un hit en los DIY de la blogosfera, no sirven para pintar porcelana porque, cuando los horneas, se pierde el color.
Después de una investigación muy exhaustiva y algunas pruebas, llegamos a los rotuladores que sí sirven para pintar porcelana. Probamos estos sharpies yestos edding (también en estos colores) y con los dos, tras hornear el tiempo y a la temperatura que decía la caja y lavar en lavavajillas, el resultado fue excelente. Además los Edding 4200 tienen punta de pincel y eso hace que si sois buenas con la caligrafía o el lettering podéis decorar tazas y platos súuuuper chulos.
¿Os gusta la idea? ¿Habéis decorado alguna vez tazas con rotuladores?