¡Buenas noches!
Esta mañana he publicado mi post habitual pero luego, estaba haciendo una foto para Instagram, y he decidido que esto tenía que comentarlo. Imaginad el momento:
Son casi las dos y estoy en el trabajo. Decido que no me he tomado el almuerzo que me llevo para media mañana y que por eso tengo el estómago cantando gorgoritos. Me levanto a la nevera, cojo el táper (concretamente uno de éstos, de los mejores que tengo) y me dispongo a comer mi snack: requeson con fresas, mmmmmmmm.
Pienso en que son como unas fresas con nata y que si estuviera en casa les haría una foto medio decente con fondo blanco y las subiría a mi Instagram de comiditas.
Sonrío. A los que tenemos instagram no se nos resiste nada. Estiro la mano y alcanzo un folio, un escrito de un procurador, le doy la vuelta se sigue viendo la letra pero menos. Saco el iphone, voy a disparar la foto, enfoco a las fresas que es lo más oscuro y así consigo que la foto esté más expuesta. Clic clic.
Hago dos fotos, elijo una, la recorto cuadrada, le añado un poquito de brillo y saturación y la subo a Instagram. A continuación me dirijo a mis compañeras y les enseño en foto lo que me voy a comer...
-¡Ohhhh!
-¡Qué pintaza....!
-¡¿Te has traído nata?!
A continuación vuelvo a mi sitio, disparo otra foto y me dispongo a enseñarles la situación como realmente es..
Es la misma foto. Sólo cambia el enfoque y el ángulo desde el que mira cada uno las cosas.
Conclusión uno: No os creáis nada de lo que veáis en las redes.
Conclusión dos: ¡Aprende a mirar tu realidad! Para mí ese requesón con fresas era verdaderamente como os lo enseñé. ;)