¡Buenos días! Hoy sí que empiezo el día bien, a gusto, descansada, con agujetas y dolores corporales varios pero nada preocupante jejeje. Tengo un día por delante súper ocupado que pienso exprimir y disfrutar al máximo, así que genial.
Hoy voy a contaros una historia que si me seguís en Instagram Stories ya la podéis conocer y es que la compartí porque me pareció alucinante. La cosa es como sigue...
Estaba yo campando a mis anchas por las redes cuando una de vosotras me escribió y me mandó el link de una página de facebook, advirtiéndome de que estaban utilizando mi foto, por si no había dado mi consentimiento... Me quedé muerta. Se trataba de una página de esas en las que venden dietas y, al parecer, necesitan a gente como yo para demostrar que se puede perder o para animar a la gente a apuntarse...

Como yo no gano dinero con esas fotos ni lo pretendo, porque os enseño mis tops o mis abs o lo que me da la gana por puro amor al arte y soy feliz con ello, la ofensa es relativa. Pero sí que me quedo alucinada de que la gente sea taaaaan cutre y os invito a pensar qué dietas venden si no son capaces de poner una foto real del resultado de una de ellas!!!
Por otro lado, a la vez que enfadada por el hurto, me sentí más buenorra que Vikika, porque yo no tengo un cuerpo (ni una calidad de instantáneas) como para que me roben las fotos ni mucho menos y si me lo llegan a decir dos días antes que iba a pasarme me parto de risa.
No sé qué se puede hacer en estos casos salvo pedir que retiren la foto y me da un poco de rabia que haya gente que gane dinero en las redes de una forma tan poco legal y aprovechándose de los que compartimos cosas sin lucrarnos. Por lo demás para mí se ha quedado en una anécdota y una especie de cumplido...