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Channel: El blog de Anita
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Dos años corriendo

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Hace exactamente dos años que empecé a correr en esa vez que decidí que sería la definitiva, así que puede decirse que estoy de aniversario. Lo sé porque fue justo después del maratón de Madrid, que viví como espectadora y en el que lo vi claro: yo también quería estar ahí, yo también quería correr. Sabía que las temporadas en las que había corrido me encantaba y que siempre alguna vez es la definitiva si no dejas de intentarlo (algo de eso también os conté aquí), así que tomé la decisión.


Y ya me conocéis: menuda es Anita cuando decide algo.

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Una carrerita con el Bigotes el pasado febrero en Melilla, porque siempre que vamos de viaje, las zapatillas vienen con nosotros.

Mi primer plan fue correr dos días por semana hasta el verano, media horita, a mi ritmo y sin más presión que ir cogiendo el hábito y algo de base aeróbica para poder avanzar. Fue en ese momento cuando me compré, a lo loco, un dorsal para el medio maratón del año siguiente. Uno para mí y otro para el Bigotes, cuando los dos no corríamos ni media hora, pero es que no hay mejor incentivo que ponerse una meta, jajaja! :D 

Sin títuloCon otra Anita en un entreno de sábado por la mañana en el Retiro

Cumplí mi plan durante mayo y junio, luego estuvimos todo julio en África y fue en agosto cuando me reencontré con el running. Me encantó porque era en mi pueblo, con mi hermano y su perra, muy despacito (no exagero, a unos siete minutos el kilómetro) pero trotando una hora diaria y la mar de a gusto. Desde ese momento empecé a salir tres veces por semana y hasta hoy.

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Con Raquel en el medio maratón de la mujer 2017, la que recuerdo como mi mejor carrera en todos los sentidos

El Bigotes empezó a la vez que yo. Un mes más tarde, un martes 13 de septiembre que pasará a la historia, empecé a entrenar con el Nike+ Run Club. Hacía años que había querido ir y no lo había hecho por vergüenza, así que esta vez quedé para ir con unas amigas y animé al Bigotes a que viniese también. Recuerdo que refunfuñó, que no sé, que a ver si la gente corre mucho. Yo ya estaba decidida y al final lo arrastré. Siempre estará en deuda conmigo por eso, jejeje. :P

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Con mi queridísima Rachel, después de un gran esfuerzo y muy muy satisfechas...

Me hace cierta gracia acordarme de lo inseguros que estábamos, por ser excesivamente novatos y no estar a la altura, y luego ha sido de las mejores cosas que hemos hecho en la vida. De verdad que os animo a que os unáis a cualquier grupo de este tipo sin pudor porque descubriréis que la gente es como tú, aunque visto desde una ventanita en Instagram parezcan profesionales. :)

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En un evento de Sanus Vitae con Decathlon, en el que cada equipo debíamos dibujar una palabra corriendo para entre todos escribir una frase. Llovía a cántaros, pero la piel es impermeable. :)

Recuerdo que el primer día de NRC yo me puse en el grupo más lento (el de 6'30" el kilómetro) y Juan en el de 5'30" y también sé que cuando llegó diciembre habíamos progresado una barbaridad. Y nunca voy a olvidarme del día que me pasé al grupo de 5'30" y tocaba hacer series de 200 con @pedrobraojos. Lo pasé realmente mal. Al terminar, el pacer dijo "Hay que sufrir, así es como se mejora", así que repetí. Y nunca ha vuelto a ser tan duro como aquel día, ¡simplemente era la primera vez que me sentía así!

Sin títuloEntrando en meta en la Metlife, contentísima después de 15 kilómetros gozando.

Pasó el curso y seguimos yendo a hacer series los martes y saliendo otros dos días por nuestra cuenta y a nuestro rollo y las mejoras fueron significativas: La primera carrera del Bigotes fue el medio maratón sub 1h30 y la mía una Norte-Sur con 35 grados a la sombra en la que bajé de 50'. Fue un comienzo para los dos alucinante.

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En Lisboa, terminado mi primer medio maratón

Desde entonces, correr nos ha dado sobre todo muchos amigos, contactos y vida social, mucha diversión, muchos planes y una expansión de nuestro ocio nada despreciable. Además ha hecho que pongamos nuestros límites cada vez más altos; verse capaz de cosas que antes eran imposibles es una sensación que todo el mundo debería experimentar...

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Con Noelia este domingo, en el kilómetro 7 del medio maratón, pasándolo fatal...

Aunque a veces uno no se encuentra fino, la carrera no sale como querías o te obsesionas con mejorar las marcas, flaqueas, te frustras, te obcecas, aprietas los dientes o te fustigas por no haberlo sabido hacer cuando tocaba, es genial echar la vista atrás y ver todo lo que este deporte te ha dado y te da cada día y disfrutarlo. Disfrutarlo a tope.

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